Uno de los colores más especiales de la carta; al igual que la superficie de un estanque de aguas calmas, cambia de tonalidad dependiendo de cómo refleje la luz. El azul deja de ser el protagonista y permite que aparezcan tonalidades más delicadas de grises y verdes que aportan calma y equilibrio. Es un tono muy agradable a la vista, perfecto para dar protagonismo a una pared o un mueble.
Uno de los colores más especiales de la carta; al igual que la superficie de un estanque de aguas calmas, cambia de tonalidad dependiendo de cómo refleje la luz. El azul deja de ser el protagonista y permite que aparezcan tonalidades más delicadas de grises y verdes que aportan calma y equilibrio. Es un tono muy agradable a la vista, perfecto para dar protagonismo a una pared o un mueble.